Recetas de valor

Happy food‽

Hay personas que piensan que la felicidad no es alcanzable, o tal vez piensan que solo hasta que ‘tengan dinero’, ‘viajen a X lado’, ‘tengan novio’, etc. van a ser felices. Yo estoy segura de que cuando la comida cuando es hecha con amor, no importa si es un menú cero balanceado lo más importante es que es ¡feliz! Y… ¿Qué tiene que ver con la salud?

Te aseguro que alguna vez te ha pasado que vas a comer con tus amigas y se dan un banquete de aquellos, entradas y botana, comida «altamente calórica», postres, vino, digestivos y ufff en realidad te das cuenta de que te has comido lo que un elefante…. Pero entre platillo y platillo, las carcajadas dominan la conversación y las anécdotas y los recuerdos le hacen el relevo. Llegas a tu casa, te ves al espejo piensas en todo lo que te comiste y mejor te vas a dormir con las esperanza de que mañana no tengas «achaques». A la mañana siguiente te das cuenta que a pesar de que comiste muchísimo y de verdad cosas «gordas», la pasaste TAN contenta y feliz que amaneciste simplemente feliz. Es más hasta te sientes mejor que cualquier día… Date cuenta, la nutrición es una fuente secundaria de energía. Los alimentos primarios, son los que realmente nos satisfacen.

De niños, todos vivíamos en la onda de los alimentos primarios. Si tienes hijos te podrás dar cuenta perfecto en las fiestas de cumpleaños, los niños JAMÁS comen, o por lo menos solo comen dulces y pastel. Y en general, a las mamás ni nos importa que solo coman eso, lleguen a casa y se duerman sin siquiera pensar en cenar. La emoción y el éxtasis de la fiesta, los regalos, la piñata y que sus amiguitos hayan ido a pasar el día los puede alimentar de forma más completa que cualquier alimento y protegerlos contra cualquier malestar.

¿Puedes recordar un momento en tu vida en el que estabas profundamente enamorado? Todo lucía brillante y cálido, los colores eran vivos y la vida estaba llena de dicha, de maripositas, de suspiros. De seguro te sentías «hinchado» de felicidad ante la presencia de tu pareja, sostenido y animado sólo por la feliz conexión que experimentaban. Estabas flotando en el aire y aunque tus amigas estuvieran enfermas de gripa (por ejemplo) a ti, no se te pegaba nada y la comida era algo secundario.

He platicado con amigas mías que ‘se les olvida comer’ porque están involucradas en un proyecto de trabajo muy emocionante. Creen en lo que están haciendo con todo el corazón, se sienten confiadas y estimuladas. El tiempo se detiene y el mundo exterior sencillamente desaparece, tanto que ni sienten su hambre o tal vez ni les da, pueden pasar el día entero bajo el aire acondicionado – ya muy tarde, al terminar el día, tal vez se den cuenta de que se les olvidó comer y que el AC no les dio frío ni gripa ni nada.

Ahora, recuerda alguna vez en la que has estado deprimido o que experimentabas mucho estrés o un momento de baja autoestima. Seguramente, te estabas ‘muriendo’ de hambre, sientes un hoyo permanente en el estómago, pero no necesariamente hambre de comida, sino de alimentos primarios. Ninguna cantidad de comida secundaria te satisfacía, no importaba lo mucho que comieras, por más rico que esté tu ‘atasque’ de comida reconfortante, nunca te sientes satisfecha. O tal vez te dio un gripón de miedo, te quedaste afónica o te dio una migraña permanente…

La necesidad de amor, poder, amistad o simple reconocimiento no se quitan con excesos. Esa necesidad no se quita con comida, nutritiva y no nutritiva. Y no importa cuánto comas, nunca será suficiente porque eso que está vacío en tu alma, sigue vacío.

Los alimentos primarios van más allá del plato. Estos alimentos primarios nos van nutriendo en un nivel más profundo. Y hay muchos alimentos primarios, pero los cuatro principales son:

• una profesión/ trabajo inspirador
• relaciones honestas y abiertas
• actividad física regular
• una práctica espiritual significativa

Nuestra salud depende de cómo alimentemos nuestro interior. Mientras más alimentos primarios consumimos, menos dependeremos de los alimentos secundarios. Y por el contrario, cuanto más nos llenemos de alimentos secundarios, menos espacio dejaremos para los alimentos primarios – nuestra verdadera fuente de nutrición.

Muchas religiones y culturas practican el ayuno para reducir el consumo de alimentos secundarios, abriendo canales para recibir una mayor cantidad de alimentos primarios. En el Catolicismo, que es lo que yo conozco, les puedo decir que  el tiempo primario característico por excelencia, se da durante la Cuaresma, ese tiempo de ayuno y abstinencia para la preparación de la mayor prueba de amor que ha existido en la historia de la humanidad. Y el fervor y la espiritualidad de la época y el acontecimiento de la Semana Santa,  la Crucifixión de Cristo y la Resurrección es el culmen del alimento primario de todo cristiano. En el judaísmo, el Yom Kippur, el Ramadán en el Islam… son momentos en que todos se acercan para nutrirse de amor, de amistad, de perdón y de sacrificios espirituales… y donde la comida y los alimentos pasan a nivel secundario.

Tómate un poco de tiempo de calidad para explorar tu equilibrio personal entre la alimentación primaria y los alimentos secundarios – ¿qué área necesitaría un poco de atención?, ¿qué área está desbalanceada? 

fetuccine en salsa cremosa de tomate y queso cambozolaY ahora, una receta feliz aquí para compartir y nutrirte de alimentos primarios :) Una receta deliciosa que ya les he compartido anteriormente, pero siempre es bueno rescatarlas.

Si necesitas que sea libre de gluten, puedes hacer espaguetis de calabacita o comprar pasta libre de gluten de la marca DelAllo que yo consideron que es el mejor sustituto porque no contiene fécula de maíz por lo que no te generas otras alergias o sensibilidades.

Fetuccine en salsa cremosa de tomate y queso cambozola

 

Guille mujer, esposa, mamá, feliz. Amante de los aceites esenciales, costurera empedernida de fin de semana, panadera ocasional y Coach en Salud Integral por IIN. También soy estudiante de Aromaterapia para una Vida Natural por Aromahead Institute y superviviente. Me fascina nadar, caminar, bailar y cocinar.

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